El ambiente en el vestuario de España era de funeral. Caras largas, los ánimos muy tocados y una sensación de tristeza profunda eran el denominador común del equipo español cuando Gavi llegó, tras ser sustituido, a la zona interior del Nuevo Zorrilla. Acompañado en todo momento por los responsables médicos de la Federación Española, el futbolista no podía disimular las lágrimas tras confirmarse la peor de las noticias.
El canterano blaugrana también estuvo arropado desde el primer momento por el director deportivo de la RFEF, Albert Luque, consciente de que el momento que estaba pasando el internacional español era muy grave. Las primeras exploraciones pudieron constatar la lesión en la rodilla derecha y el mundo se le cayó encima a Gavi, incapaz de esconder su tristeza.
Sus compañeros, acabado el partido, coincidieron muy poco con el jugador, al que saludaron brevemente para darle ánimos y mostrarle que están a su lado. Lo cierto es que los internacionales estaban muy tocados y el ambiente era de drama. Todos los futbolistas estaban muy afectados por lo que le acababa de ocurrir a su compañero.
Gavi no tardó demasiado tras el partido en abandonar las instalaciones apoyándose en unas muletas con las que se subió al coche junto a Albert Luque para trasladarse hasta Madrid. Allí tomará un vuelo privado rumbo a Barcelona.