Cómo construir un mundo resistente al cambio climático
El cambio climático se ha convertido en uno de los mayores desafíos a los que hace frente la economía. Uno de los sectores que vive en primera línea este aumento en las temperaturas es el de las infraestructuras. Las olas de calor, precipitaciones intensas y tormentas no solo comprometen la estabilidad de carreteras, viaductos o sistemas de movilidad, sino que también aumentan los gastos asociados a su conservación y restauración, impactando directamente en las finanzas públicas y corporativas. Adaptarlas a la nueva realidad es una prioridad cada vez más acuciante, lo que requiere emplear materiales más duraderos, incorporar avances tecnológicos, promover la innovación, agilizar procesos administrativos, actualizar el marco normativo, simplificar los trámites y una colaboración público-privada más engrasada.