Cuca Gamarra no quería dejar de ser portavoz del PP en el Congreso, pero el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, tampoco quería que permaneciera en esa privilegiada posición política y mediática. No se lo están poniendo fácil. Gamarra no tiene una organización territorial potente detrás ni la respaldan la mayoría de los barones, que concluyeron hace tiempo que las dos responsabilidades que ha asumido en el último año y medio “le vienen grandes”. Gamarra era hasta ahora portavoz parlamentaria y secretaria general del PP y, por tanto, en teoría la número dos del partido. Nadie reconoce en el PP que Gamarra haya ejercido ni se le haya dado poder para ejercer como secretaria general real desde que Feijóo la nominó, para no complicarse la vida, en el congreso exprés en el que salió encumbrado como presidente nacional para parchear el relevo de Pablo Casado. En el PP se asienta una conclusión: el problema no es Gamarra, sino la confusa distribución de responsabilidades en la cúpula del equipo de Feijóo, como ha expresado el propio número tres, Elías Bendodo. Este ha trasladado esta incomodidad a numerosos compañeros ―y, en especial, a su exjefe y mentor en Andalucía, Juan Manuel Moreno―, hasta el punto de considerar un error haber dejado aquel territorio para hacer política nacional, como anticipó EL PAÍS este viernes. Esta mañana, el propio Feijóo ha confirmado a Gamarra como “secretaria general a tiempo completo y no tiempo parcial”, lo que supone la entrega del control del partido y, a la vez, su cese como portavoz en el Congreso.
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14 octubre, 2024