Eduardo Martín Moraud (Madrid, 39 años) obtuvo su ingenería de telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid en 2007. En los siguientes tres lustros le dio tiempo a estar y, lo que es más relevante, a formarse e investigar, en robótica humanoide en Kioto (Japón), en inteligencia artificial en el centro que la Agencia Espacial Europea tiene en Leiden (Países Bajos), con robots capaces de oler en París (Francia) o diseñando una mano biónica en la Universidad de Edimburgo (Escocia). En este periplo fue clave su encuentro con el neurocientífico Grègoire Courtine, que entonces trabajaba la estimulación de la médula espinal con electrodos en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (Suiza). Desde entonces, y previo paso por la Universidad de Oxford, Martín encontró algo así como su vocación: del procesamiento digital de la señal de un teleco, ha pasado a liderar un grupo en el Hospital Universitario de Lausana (Suiza) en el que desarrollan neuroprótesis para enfermos de Parkinson. Su último logro ha sido ayudar a que una persona con párkinson desde hace 25 años volviera a caminar.
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14 octubre, 2024