Derrotado las dos últimas jornadas, goleado en su último compromiso en el Signal Iduna Park por el Bayern Múnich (0-4), con dos goles en contra este sábado en menos de media hora, el Borussia Dortmund resurgió con una fuerza imparable con la que remontó y doblegó antes del descanso al Borussia Moenchengladbach (4-2).
Lo necesitaba el subcampeón del pasado curso. Ante la amenaza de su peor racha liguera en seis años, de haber sufrido su tercera derrota consecutiva, o al borde de quedarse tan lejos de la primera posición que la Bundesliga ya no era una cuestión ajena como parece todavía ahora -a diez puntos del liderato del Leverkusen-, sino un asunto ya imposible, reaccionó de repente, rebelado contra un 0-2 en contra que lo había sonrojado en la primera media hora.
La puesta en escena del Borussia Moenchengladbach lo sobrepasó primero y lo devoró después. El tiro de Netz repelido por Kobel fue el anuncio de la que se le venía encima entonces al Borussia Dortmund, que en el minuto 13 recibió el 0-1. Lo marcó Rocco Reitz, el joven centrocampista sub’21 alemán, que se desmarcó, recibió el buen pase de Plea, aguantó la pugna con Schlotterbeck y batió a Kobel con un tiro cruzado con clase.
No se quedó ahí. Primero, el árbitro anuló el 0-2 por fuera de juego, marcado por Plea, que se adelantó unos centímetros al pase de Honorat. Un error propio más que un mérito de la defensa del Dortmund, desbordada hasta entonces; aún más al borde de la media hora, cuando Kone controló, se giró y conectó un derechazo que supuso el 0-2. Demasiado fácil.
El batacazo era considerable. Ganadores Bayern Múnich y Leverkusen, a 13 puntos de la cima entonces, con 0-2 en contra con un rival que sólo había ganado dos de sus últimas 24 visitas en esta competición, no había ni excusas ni matices para el grupo de Edin Terzic. Un vagón descarrilado en la montaña rusa por la que transita en las últimas semanas. Por unos primeros 28 minutos inconcebibles.
Pero el Dortmund es un equipo de altísimo nivel. No ganó la Bundesliga hace unos meses por un suspiro, por su error final en la última jornada; es el líder de su grupo de la Liga de Campeones y, antes de su secuencia actual de dos derrotas antes de este duelo, había sumado cinco triunfos consecutivos. Y su nómina de futbolistas no admite apenas dudas.
No las admite Julian Brandt, que condujo el contragolpe desde su terreno hasta el contrario, tras una falta reclamada a Kone por parte del Gladbach, para poner el 1-2 a la llegada de Sabitzer en el minuto 30. Ni tampoco Fullkrug, cuyo remate de goleador, de primeras, con el exterior del pie derecho, imposible para Nicolas, supuso el 2-2 en el 33. Ni tampoco Byone Gittens, asistente en el 2-2 y goleador certero en el 3-2 a 20 segundos del minuto 45.
Una reacción más que concluyente que lo cambió todo en el partido, en el marcador, en cada uno de los aspectos más sustanciales del juego, en cada una de las oportunidades, en cada una de las fases, para el Dortmund, imponente ya en el segundo tiempo, y el Gladbach, superado por el conjunto local, pero vivo hasta el final por las intervenciones de su portero.
Porque en pleno dominio del equipo de Terzic, el guardameta fue el único argumento del equipo visitante, con dos paradas cruciales ante Fullkrug, una al borde del descanso, otra -magnífica- en el inicio de la segunda parte, cuando voló para repeler un testarazo del goleador alemán. El poste lo salvó después, en el lanzamiento de falta directa de Reus, pero el partido ya estaba encaminado para el Dortmund, que resurgió cuando avistó el abismo, sufrió en el tramo final y sentenció con el 4-2 de Malen en el minuto 97.
La próxima jornada visita al líder, el Bayer Leverkusen. Antes, encara la Liga de Campeones en San Siro.