Una desatención para defender un contraataque definió el empate entre Manchester City y Liverpool en el gran duelo del fútbol inglés. Lo sustanció el colmillo de Alexander-Arnold para transitar desde su previsible ubicación en el lateral hacia el interior. Quizás hizo más por ganar el equipo de Guardiola que el de Klopp, seguramente sintió que tenía el partido dominado aún dentro del clásico descontrol de este tipo de lizas, pero se firmaron al final unas tablas que frustran al City justo cuando iba igualar una plusmarca que data de 1882. Desde entonces no ha habido un equipo en Inglaterra que haya sumado 24 victorias consecutivas en su estadio. Ese añejo récord, en poder del Sunderland, estuvo a tiro para el cuadro de Manchester, “Hicimos un gran partido”, reforzó al final Guardiola a los suyos.
Historias relacionadas
11 octubre, 2024