El Brasil-Argentina de Maracaná, que conquistó la Albiceleste, siempre será recordado por lo que pasó más allá del terreno de juego. La batalla campal que tuvo lugar en la grada pasará a los anales de la historia como la enésima noche oscura del fútbol en Sudamérica.
El problema llegó hasta tal punto que el duelo corrió serio riesgo de no disputarse cuando los futbolistas argentinos vieron que la Policía estaba cargando con mucha dureza en la zona donde estaban sus aficionados. Incomprensiblemente, estos estaban al lado de los brasileños, lo que germinó el conflicto.
Tal y como se apreció en las cáamras de ‘TyC Sports’, una pancarta de largas dimensiones que los fans de Brasil quisieron desplegar acabó comiéndose el terreno de donde estaban los de Argentina. Ahí empezaron a enzarzarse ambas partes hasta que la escalada llegó a tal punto que acabaron repartiendo golpes, lo que motivó la llegada de la Policía, que no dudó en cargar contra todos.
Lo cierto es que la Policía de Río de Janeiro y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) se responsabilizaron mutuamente este miércoles por los incidentes violentos ocurridos antes del clásico sudamericano.