‘El que se mueva es gay’

Mi hijo pequeño, que tiene nueve años, me contó la semana pasada el último juego en el patio de su clase, de cuarto de Primaria, en un colegio público del centro de Madrid: “El que se mueva es gay”. No necesita mucha explicación. Cuando un niño dice la frase, los demás tienen que quedarse congelados porque… el que se mueva es gay. Me contó que había habido un “lío” porque los profesores se habían enterado de que este juego reinaba en el recreo. Y, sobre todo, me contó cómo le hacía sentir: mal. Mal porque su prima de 20 años tiene una novia. Mal porque uno de sus mejores amigos tiene dos mamás. Y mal porque el padrino de su hermano acaba de casarse con otro hombre.