La presión fiscal de España se redujo durante el año pasado: pasó del 38,6% del PIB en 2021 al 38,3%, debido a que la riqueza real del país, considerando la inflación, creció más que los ingresos tributarios, según datos de la oficina estadística comunitaria, Eurostat. Mientras tanto, la recaudación de los países de la eurozona en proporción de su riqueza se mantuvo estable durante el año pasado en el 41,9% del PIB. Eso explica que la distancia entre la presión fiscal de España y la de los países de la moneda común volviera a ampliarse en 2022 tras haberse reducido en los últimos años.
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