Franco: lo que no se puede olvidar
Recordar se está convirtiendo en un problema creciente. El ascenso global de la ultraderecha ha puesto en duda uno de los principios sobre los que se asentó la posguerra en la mayoría de los países europeos: la condena, sin paliativos y sin matices, de los totalitarismos de cualquier signo que llevaron al Continente “a la miseria y a la desolación”, como escribió Tony Judt en su clásico Posguerra, en el que contó como nadie el proceso que llevó a Europa del horror de Auschwitz a la UE. Judt recuerda una frase del canciller alemán Konrad Adenaeuer: “Hay que proporcionar a la gente una nueva ideología. Y solo puede ser una ideología europea”. Y esa ideología solo se entiende desde la democracia y la libertad.
