La agonía petrolera no será rápida. Pero el futuro está escrito. El crudo, el combustible fósil por antonomasia, que lleva décadas dominando la matriz energética sin apenas competencia, está a un paso de empezar su largo declive de consecuencias económicas y geopolíticas del todo desconocidas. Las incógnitas son muchas, sí, y el camino no será recto. Sin embargo, está trazado: el futuro es renovable, no fósil. No será un tango, sino más bien un vals lento, mucho más de lo deseable. Sin embargo, la música ya ha empezado a sonar.
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14 octubre, 2024