El fin de ciclo del socialista António Costa, que llegó al poder en 2015 con una moción de censura de la izquierda, tendrá un subrayado especial en los libros de historia como el primer gobernante de Portugal que dimite durante su ejercicio al verse salpicado por una operación judicial contra la corrupción. Después de que el juez instructor desinflase el caso presentado por los fiscales hasta reducirlo a un posible tráfico de influencias y cohecho en la aprobación de unos proyectos energéticos y un gigantesco centro de datos en Sines, la pregunta que recorre el país es si los indicios delictivos actuales justificaron la descomunal crisis política desatada, que se llevó por delante al primer ministro, su Gobierno y una mayoría absoluta que todavía no había llegado al ecuador de la legislatura. Con una dimisión causada por no se sabe qué, según el alcalde de Oporto, el independiente Rui Moreira. “No he logrado entender de qué se acusa al primer ministro”, destaca por teléfono.
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14 octubre, 2024