La cigarra Broncano y la hormiga Motos

Los españoles crecemos con la ansiedad de elegir. Por eso hay tantas ciudades con dos equipos de fútbol, para que los vecinos puedan pelearse, no vaya a ser que se reconozcan todos en el mismo gusto y les dé un patatús de consenso. Las ciudades pequeñas sin suficiente masa crítica para dividir a la afición tiran de la rivalidad con el equipo del pueblo de al lado. La cosa es no dejar ningún protagonista sin antagonista, replicando las pasiones viejas de la tauromaquia. Desde pequeñito, el español tiene que elegir bando en casi todas las chorradas de la vida, y militar en él con la fe del jesuita, defendiendo su postura con el arcabuz en la mano.