La revancha de la verdad

La revancha de la verdad

La verdad es enemiga de la democracia. Puede parecer una provocación, pero, hasta hace muy poco, esta irresponsable premisa era acogida por gran parte de nuestros intelectuales con alborozo y ademán vanguardista. Gianni Vattimo, padre de esa fórmula elegante que dio en llamarse “pensamiento débil”, llegó a escribir un pequeño ensayo en 2009 en el que exhibía esta emancipación de la realidad como una heroica conquista. Adiós a la verdad se llamaba. Para los herederos de Nietzsche y hasta para los liberales más vehementes seguidores de Karl Popper, la verdad era un concepto sospechoso de ser conservador y casi absolutista. Una cosa viejuna de curas y metafísicos ortodoxos. Es de justicia subrayar que Hannah Arendt nunca cayó en este error, y la filósofa supo advertir que impugnar la distinción entre verdad y mentira es lo primero que hacen todos los totalitarismos.

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