Un grupo de jóvenes de entre 18 y 20 años contrata los servicios de una prostituta para celebrar la mayoría de edad de uno de ellos. Esta es la historia detrás de ‘Los Chicos‘, el nuevo cortometraje de Cosmo contra la violencia de género en mujeres, estrenado el 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Y es que la prostitución no es cosa de «señores mayores con un vaso de whisky en la mano y un puro en la otra», alerta el director de la producción, Jaime Dezcallar. En España, uno de cada diez jóvenes ha pagado por mantener relaciones sexuales. Según el Informe Juventud en España 2020 del INJUVE, el 10,6% de los jóvenes de entre 15 y 29 años reconoció haber consumido prostitución alguna vez.
«No ven ningún problema. Yo te pago y consigo sexo a cambio. Todo el mundo se supone que está contento en esta ecuación y no hay ningún reparo moral«, denuncia Dezcallar. «Esto es un tema que en principio para mí era casi tabú y que tuve que investigar mucho, pero luego hablando con amigos salían historias enseguida», explica el director. A partir de ahí, consiguió contactar con algunas mujeres que estaban dentro del mundo de la prostitución. «La información que sacaba de ahí también me ponía los pelos de punta. Me decían que los clientes en realidad son todos gente que no tiene habilidades sociales y se ven como que les estaban haciendo un favor», expone.
Normalización de la prostitución
Los protagonistas del corto son Gabriel Sánchez, que interpreta a Javi, el joven que cumple 18 años, y Catalina Sopelana, que interpreta a Sara, la prostituta que los amigos de Javi contratan para la fiesta. «Me han ayudado mucho para poder tratar el tema, se ve que le han puesto cariño y me han guiado en el proceso de ponerme en la piel de ese personaje, que al final lo que quiere es querer a alguien y lo hace de la manera que que puede y que sabe por los medios que le han enseñado», asegura Sánchez. «Tampoco lo quería dejar como una víctima, porque al final la víctima es Sara», matiza. Los amigos de Javi sienten que le están ayudando a dar un paso y no creen que estén haciendo nada malo. El cumpleañoero, por su parte, siente la presión social de tener que perder la virginidad. «Tener relaciones sexuales no es un derecho humano«, advierte Gabriel.
Por su parte, Sopelana quería que en su interpretación se viera «una mezcla de incomodidad» y de cotidianidad, por lo que decidió no conocer a los actores hasta el momento de rodar el corto. «Lo hice desde el respeto y con un poco de responsabilidad, porque al final cuando interpretas realidades tan alejadas de ti, tienes que hacerlo con cuidado», expresa la intérprete. «La prostitución es una realidad que está ahí y creo que el corto sirve para poner el foco. Hay mucha inconciencia y no hay educación para esto«, manifiesta la actriz.
La normalización de la prostitución esconde detrás un grave problema de cosificación de las mujeres, acceso a la pornografía en edades muy tempranas y erotización de la violencia sexual. De acuerdo con el informe de Save the Children ‘(Des)información sexual: pornografía y adolescencia’, en la mayoría de los casos (53,8%), el primer contacto con la pornografía tiene lugar antes de los 13 años. De hecho, un 8,7% de las personas encuestadas dicen haber visto porno antes de los 10 años. «No sé cómo se puede solucionar el problema, pero desde luego que no puede seguir siendo tabú, se tiene que hablar y abordar de alguna forma porque está generando conductas peligrosas«, alerta Dezcallar.
Poca educación sexual
Entre las causas del problema los expertos señalan la falta de educación sexual. «Puedo llegar a entender que debido a esa poca educación sexual, los jóvenes directamente se intenten educar por medio del porno, cosa que es horrible y se debería se debería omitir», apunta el protagonista. Muchos de los vídeos reproducen estereotipos de género. La pornografía muestra a las mujeres como subordinadas, incidiendo en su cosificación. En estos vídeos los hombres son quienes ejercen el control, dominan y humillan a las mujeres e incluso ejercen violencia explícita contra ellas.
«La escuela hace mucho, pero también hace mucho el entorno en el que te críes y lo que la familia te inculca, porque depende también de cuánto tengas el machismo interiorizado, puedes llegar a pensar que la prostitución o el porno está bien o mal», argumenta Sánchez. «Las mujeres tienen todavía muchísimas cosas que hacer y para ello también estamos los hombres, que podemos ayudar desde nuestro lugar, sin opacar el suyo«, concluye el actor.