La campaña lanzada por Israel sobre Gaza tras el ataque perpetrado por Hamás el pasado 7 de octubre no es solo militar; también es narrativa y de gran intensidad. Hace dos semanas, sirva de ejemplo, el responsable de una empresa israelí de comunicación, en contacto con prensa extranjera, enviaba en un wasap un documento con ocho diapositivas bajo el título “Hamás & ISIS” y las firmas de las fuerzas de seguridad israelíes. El pliego enfrenta fotos de la milicia palestina, considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, y el grupo yihadista sirio-iraquí. Compara su retórica, decapitaciones, masacres, violaciones… Abunda en uno de los mantras que, en Israel, utilizan diariamente el Gobierno, casi toda la oposición, la diplomacia, los mandos militares y, ahora también, su propia población: Hamás es como el ISIS. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, suele referirse de hecho al grupo armado palestino como “Hamás-ISIS”, y su titular de Exteriores, Eli Cohen, lo consideró la semana pasada “peor” que el Estado Islámico (ISIS, según sus siglas en inglés).
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14 octubre, 2024