Isabel Díaz Ayuso tiene claro cómo afronta el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. La presidenta de la Comunidad de Madrid va seguir “oponiendo su modelo” de sociedad al del Gobierno central. Su intención es mantener esa bandera y continuar plantando cara a cada medida que entienda que perjudica no solo a los madrileños sino a los españoles. El “golpe a golpe” que apuntó hace unos días lo tiene totalmente interiorizado y ha puesto a trabajar a sus colaboradores en la respuesta a cada “atropello” de Sánchez, convencida de que la confrontación será más intensa que en los cuatro años previos. La evolución de Sánchez, apuntan en el entorno de Ayuso, “se ha visto en las negociaciones” para ser investido presidente, y en Madrid creen que los socios parlamentarios empujarán al gobierno a tomar medidas que perjudiquen a la región.
El ejemplo a seguir es lo ocurrido con el impuesto a las grandes fortunas. El mismo día que el Tribunal Constitucional avaló este tributo aprobado por el Gobierno de coalición, Ayuso anunció que modificaría la normativa regional para que la recaudación por ese impuesto permanezca en las arcas regionales y no se lo quede el Estado. Esta es la tónica que se prevé para los próximos cuatro años. Acción-reacción, una respuesta inmediata. El equipo de la presidenta trabaja desde ya en las alternativas a cada iniciativa que llegue de Moncloa en el ámbito educativo, sanitario, fiscal, económico o cultural.
En paralelo a este frente, la presidenta regional tiene también su propia hoja de ruta. Su intención es incorporar de forma inmediata al ordenamiento jurídico político regional las medidas que incluyó en su programa electoral, de forma que estas iniciativas se empiecen a desarrollar cuanto antes para llegar al final de la legislatura con un balance de su aplicación. El primer ejemplo ha sido la modificación de las leyes trans y contra la LGTBIfobia, que se aprobará en el primer periodo de sesiones de la legislatura.