Hace años, cuando arrancó el suplemento de motor airbag en El Periódico, una consejera de Interior de la Generalitat de Catalunya llamó a nuestro imborrable director Antonio Franco para protestar por una portada. Casi pidió mi cabeza. El titular: ‘Pura adenalina’. Decía que eso podía corromper a los jóvenes y fomentar que corrieran mucho.
Pues bien. Hoy, 23 años después, les digo que volvería a titular lo mismo para referirme a este modelo que hemos tenido la suerte de probar en ‘exclusiva’ como jurados del Car Of The YearCar Of The Year por las carreteras y circuitos de Corea del Sur: El Hyundai Ioniq 5N.
Se trata de un modelo de los que quitan el hipo, o te lo provocan. Es una auténtica máquina de producir adrenalina a cada toque de acelerador, a cada frenada, a cada curva, en cada recta. Estamos ante el deportivo más total, radical y divertido que he podido probar en los últimos años. Bendita adrenalina.
El Ioniq 5N no solo es la versión extrema del modelo 100% eléctrico de la marca coreana, es el buque insignia de la división ‘N’ de competición de Hyundai. Si tuviésemos que compararlo con algún modelo actual del mercado no podríamos. Pese a compartir mucho con el Kia EV6 GT no es lo mismo, tampoco es un BMW iM50, ni un Porsche Taycan, ni siquiera un Tesla. El Ioniq 5N es un coche nacido para ser así como es: radical. Tiene ese punto ‘canalla’ que hoy en día se echa de menos en los vehículos eléctricos.
Está desarrollado en el centro técnico de Namyang (Corea del Sur) y se han hecho pruebas de circuito en Nürburgring, pero también se ha llevado al extremo en carreteras de Estados Unidos, Suecia, España, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido.
En circuito se ha hecho un trabajo concienzudo, con tandas de 20 minutos con intervalos de recuperación y recarga de 20 minutos más. Los ingenieros de la marca comentan que se trata de un coche con sensaciones de coche de carreras de combustión, con sonido propio de un coche de carreras de combustión, pero con prestaciones superiores y 100% eléctrico.
No se trata de un coche de calle que se puede llevar al circuito. Es un coche desarrollado para habitar en el circuito que también se puede llevar por la calle. Detrás de cada anagrama ‘N’ presente en cada rincón del coche se esconde esa pequeña dosis de adrenalina que los amantes del motor distinguen perfectamente. Estéticamente ofrece algunos detalles que lo diferencian de su hermano convencional.
Mide 4,75 metros de largo (80 milímetros más que su hermano convencional) y 1,94 metros de ancho (50 miliímetros más). También es más bajo ya que las suspensiones son totalmente nuevas y diferentes, aptas para la competición. Desde la rejilla con grandes aberturas dinámicas que ayudan a refrigerar los sistemas de propulsión y las baterías, hasta el difusor inferior del paragolpes o los pequeños alerones (flaps) en el lateral para mejorar la eficiencia de la frenada.
Dispone de llantas de 21 pulgadas de aluminio (novedad en la gama) y calza unos eficientes neumáticos Pirelli P-Zero de 275/35 R21. El alerón trasero partido en dos para dar cabida a la tercera luz de freno afina una parte posterior con una estética muy deportiva. Por dentro el volante es de nuevo diseño y los asientos también son específicos y están ubicados 20 milímetros más abajo.
Dispone de levas tras el volante que en circuito permiten recrear una vuelta rápida, obteniendo sensaciones similares a un coche de combustión. También está dotado de un sistema específico que se puede cambiar (hay tres modos), que reproduce (solo en el interior) el sonido de un coche de carreras (incluyendo el del corte de vueltas).
Montado en esta máquina de disfrutar experimentados sensaciones únicas. El desarrollo de competición a nivel electrónico permite contar con un sinfín de funcionalidades deportivas. Su aceleración de 0 a 100 km/h en solo 3,4 segundos llega tras la activación del sistema NGrin Boost que nos permite alcanzar una potencia de 650 CV durante 10 segundos.
Hemos podido experimentar los 609 CV de potencia que se consigue gracias a dos motores, uno en cada eje (226 y 383 CV). Los dos motores del Ioniq 5N desarrollan tracción en las cuatro ruedas y el reparto de la potencia de par se puede ajustar en once niveles. El diferencial trasero está controlado electrónicamente.
Impresiona también la función de arranque rápido (N Launch Control),la configuración deportiva del pedal del acelerador (N Pedal) y el sistema de preclimatización de la batería pensado para obtener la mayor potencia posible durante un periodo corto de tiempo. Muchas ‘N’ tiene este Hyundai. No hay que perderse el modo ‘drift’ que permite derrapar a tu antojo (si consigues poner el coche en posición).
La batería es de 84 kWh y la tecnología de 800 voltios le permite cargar en dispensadores de alta capacidad de 350 kW. En 18 minutos carga del 10 al 80%. Su autonomía homlogada es de 377 kilómetros. La marca aún no ha determinado el precio, pero rondará los 65.000 euros (en Corea ya se vende por 56.000 euros al cambio) y llegará en mayo.