Lo dijo Jonatan Giráldez en la previa. La mentalidad es fundamental para ganar este tipo de partidos. Y con carácter, personalidad y un cambio táctico en el descanso, el Barça logró una remontada de prestigio ante un Eintracht que bordó el primer tiempo y encontró su premio, con gol de Freigang. Salma, con un doblete, y Mariona, centenaria, fueron las heroínas en Frankfurt.
Salió el técnico vigués con un once prácticamente calcado al del Clásico, con Engen de central formando dupla con Mapi León y Mariona en punta. Un solo cambio, volvía Sandra Paños bajo palos. Cata Coll causaba baja de última hora por una gastroenteritis. Con el frío polar de Frankfurt, de este que se te mete dentro del cuerpo, camiseta térmica y guantes. Menos Ona Batlle, la única valiente que se atrevió con la manga corta.
Para el Eintracht era el partido más importante de los últimos años, tras casi una década en segundo plano, y lo bordó en el primer tiempo. Presión muy agresiva de las alemanas desde el primer minuto, espoleadas por 16.100 aficionados que acompañaban con pitos todas las acciones del Barça y un ambiente hostil contra el conjunto azulgrana en el mítico Frankfurt Stadion que, por patrocinio, lleva el nombre de Deutsche Bank Park.
SORPRESA DEL EINTRACHT
Tiraron de físico e inteligencia, las de Niko Arnautis. Tapando bien atrás -hasta llegaron a defender con seis y siete jugadoras dentro del área- y aprovechando las contras para buscar a Prasnikar y Anyomi. Ambas pudieron anotar. El disparo de la primera se fue demasiado desviado. Y el de la segunda lo despejó Paños con los dedos para mandarlo a córner.
Movía el balón el Barça al primer toque para intentar superar la presión local y tratar de castigar físicamente a sus rivales. Se sentían cómodas las azulgranas y encontraban espacios, hasta que llegaban al área y erraban en los últimos metros. Aitana y Salma no estuvieron tan finas en el primer tiempo como en el Clásico, y Doorsoun y Wolter se encargaron de neutralizarlas. Graham y Mariona, con disparos demasiado centrados y sin potencia, se quedaban también con la miel en los labios.
Se quedó sin ideas el Barça en el tramo final del primer tiempo y se creció el Eintracht, que había aguantado muy bien, para dar la sorpresa. Marcó Laura Freigang, que se coló entre Mapi y Engen –que estaban siendo las mejores– para rematar sola un centro milimétrico de Hanshaw. La grada enloqueció mientras el altavoz anunciaba el gol primero en alemán y luego en catalán.
GIRÁLDEZ DIO CON LA TECLA
No se iban las azulgranas perdiendo al descanso desde la final de Eindhoven contra el Wolfsburgo, aunque esta vez la diferencia era menor. Y el cambio táctico de Jonatan Giráldez, que situó a Salma como referencia ofensiva y a Mariona como cuarta centrocampista para dejar el carril a Ona, dio sus frutos. Un Barça más reconocible y con otra cara totalmente distinta, madurando las posesiones y jugando sin precipitarse a pesar de ir con el marcador en contra.
Y empezó la remontada. Marcó Salma el primero tras un centro de Ona, incansable hasta la línea de fondo. Aitana y Graham la tuvieron para dar la vuelta al resultado. Se quedaron a nada de conseguirlo. Lo dijo Lucy Bronze por las calles de Frankfurt, haciendo broma pero yendo totalmente en serio: “Abran paso, que llega Mariona”. Y la balear, que está de dulce, anotó el segundo tanto, aprovechando un balón suelto tras un rechace. Era su gol centenario con esta camiseta. Beso al escudo.
Se resolvió el partido en cuestión de minutos. Salma, que no había estado fina en el primer tiempo, fue la heroína en Frankfurt, como lo fue el año pasado en Roma en un duelo similar. Y, a pase de Aitana, culminó con el tercero una reacción admirable, una remontada de prestigio digna de un equipo campeón.