Los propietarios de viviendas en alquiler han cambiado sus preferencias al escoger inquilino. Las familias con hijos, años atrás vistas como el perfil más estable a la hora de pagar la renta, empiezan a ser percibidas con cierto recelo por algunos caseros, que ahora se decantan por lo que consideran inquilinos más seguros. La desconfianza se multiplica si quien llama a la puerta es una familia monoparental como la de Marina Duarte, que lleva más de un año buscando un alquiler en Madrid. Imposible. “No me quieren alquilar”, dice esta mujer uruguaya de 39 años con dos hijos menores que vive en un piso cedido gratuitamente por una ONG en el barrio de Tetuán. Ella dice hablar en boca de “muchísimas familias que están en la misma situación”.