Durante años, Ucrania ha estado desaparecida del radar del escenario económico mundial. Sus constantes crisis políticas y los enfrentamientos territoriales con los vecinos eclipsaron por completo cualquier reflexión o debate sobre su potencial económico. Un potencial que a lo largo de los siglos ha respaldado su propia riqueza natural, minera y agrícola, seguramente por tratarse de una de las 15 repúblicas exsoviéticas con más kilómetros cuadrados de superficie.